martes, 17 de enero de 2012

Análisis de los payasos de la tele

En una parte de su programa diario se podían apreciar una serie de  “sketch humorísticos” mediante los cuales hacían reir a todo su público. Estos sketch se desarrollaban a través de diferentes escenas y espacios de la vida cotidiana, como por ejemplo una farmacia, la casa de un vecino, la escuela... A través de estos pequeños espacios, además de hacer reir y entretener al público se transmitían subliminalmente diferentes valores, todos ellos acorde con el régimen franquista, como por ejemplo, la necesidad de saber leer, escribir, expresarse, saber hablar bien...  
Estos valores eran transmitidos mediante los roles que desempeñaban los payasos a través de estas escenas, donde el presentador del programa, también partícipe de toda esta trama, actuaba de mediador, de persona coherente e inteligente, mientras que los payasos desempeñaban, uno el rol del más “listillo”, la “cabeza pensante” de todas las acciones y otro de ellos, por ejemplo, se hacia pasar por el más torpe, por el analfabeto, imitando a los que no sabían leer o escribir, hablar bien en público, expresarse de manera coherente...
De esta forma, a través de los diferentes roles que desempeñaban en los distintos “sketch humorísticos” reflejaban la importancia de una buena formación escolar, de saber leer y escribir, de saber hablar adecuadamente, aunque siempre al fin y al cabo, para darle sentido a sus papeles de payasos nada les salía bien, en todas sus escenas, para provocar risas entre los niños, liaban alguna de las suyas.

Comentar aquí, dento de este punto del análisis que este programa a diferencia de los otros que venimos analizando, quizás tenga un carácter más familiar. Es decir, no se destinaba exclusivamente al público infantil, sino que los padres y madres de los niños podían sentarse tranquilamente en el sofá de su casa para ver el programa con sus hijos y pasar un rato distendido de risas, compartiendo momentos alegres con sus hijos y teniendo constancia de que era lo que veían en la televisión, cosa que  en nuestros días parece estar alejada de la realidad; pues muchos padres les dan el mando del televisor a sus hijos sin más, los cuales pasan horas y horas pegadas delante de la televisión mientras que éstos ni siquiera conocen lo que ven sus hijos a través del receptor.



Continuando con este análisis, y situándonos en la época de los comienzos del programa donde todavía estaban vigentes los valores del régimen represario, como ya hemos comentado, éste no sólo entretenía a su público provocándoles grandes carcajadas, sino que a la vez educaba en valores y en contenido académico tal y como hemos podido hacer referencia anteriormente.
Pero ahora bien, esta transmisión de valores educativos no sólo tenía lugar a través de las diferentes escenas que desarrollaban durante el programa, sino también, y desde nuestra perspectiva sobre todo, a través de las diferentes canciones de este trío de payasos que a día de hoy, muchos de nosotros aún recordamos y cantamos sin problema; pues aunque parte de nosotros  no hayamos visto el programa si que sabemos tales canciones porque su auge fue tal, que incluso pasados los años se reproducían a través de la escuela dejando huella en nuestra memoria.


        Así que, pasemos ahora a hablar de ellas y analizarlas. Por un lado, todos nosotros hemos cantado más de una vez la “gallina turuleta”, canción en la cual el niño a través de su letra pegadiza podía conocer los números, aprender de contar, por lo que era una canción que reforzaba los contenidos académicos de la escuela. Del mismo modo, no sólo aprendían los números, sino que también a través de la canción “los días de la semana” podían aprendérselos al “dedillo”.
Pero ahora bien, hagamos una parada en este punto, ¿simplemente les interesaba que aprendiesen los días de la semana o había otro valor que imperaba aún más de forma subliminal? Sólo con escuchar la letra podemos ser conscientes del contenido indudablemente machista que tiene; pues sí, enseñan los días de la semana, pero ¿cómo?. Pues haciendo referencia a una niña y a las diferentes tareas del hogar que tenía que realizar de lunes a domingo antes de poder ir a jugar, mientras que el niño se ve que no tenía nada que hacer y podía jugar tranquilamente; cosa natural que deben hacer los niños, jugar y no tener que hacer todas las tareas del hogar y mucho menos hacerlas sólo las niñas.
Y porqué no aprovechar y mencionar en este apartado también la canción de “porompompom Manuela”, canción pegadiza pero en la cual su valor es que si Manuela, una mujer, si cocina muy bien tiene un gran premio: que se casan con ella, que le compran el mejor piso, que es la mejor... Contenidos de nuevo machistas, pero que lamentablemente formaban parte de los valores de la sociedad y que si analizamos y trasladamos a nuestros días tristemente en muchas vidas cotidianas siguen formando parte de muchas mentalidades, por lo que aún queda mucho por hacer. No critiquemos tanto el régimen de antaño cuando a muchas de las nuevas generaciones por desgracia aún les están transmitiendo estos valores.


            No obstante, dentro de estas canciones también encontramos otras, que a nuestro parecer tienen grandes contenidos, como por ejemplo “Si yo fuera reina”, “La familia unida” o “Todos los niños del mundo” las cuales transmitían valores intrínsecamente para que los niños fuesen conscientes desde pequeños de la importancia que tiene la familia, el ser respetuosos, tolerantes, responsables, empáticos, alegres, la necesidad de compartir con los demás, el evitar conflictos en la convivencia y lograr una mejora de la sociedad, valores importantes no sólo en esa época sino también en nuestra actualidad, quizás hasta más necesarios en los días que corren donde un niño con ocho años es capaz de insultar a su madre o una profesora.
De igual forma, también podemos comprobar cómo de forma amena enseñaban los diferentes oficios existentes en aquellos años y quiénes se solían dedicar a unos u otros, por lo que a groso modo en gran parte de sus canciones reinaban buenos valores.


Pero ahora bien, seamos realistas, ¿eran estos valores los más adecuados? Si nos remontamos a la época en la que se retransmitía el programa éstos si que eran necesarios además de ser aceptados por todos, incluso aquellas canciones y escenas con contenido, a día de hoy machistas, como puede ser el caso de la canción “Los días de la semana”, que ya hemos comentado, “porompompom Manuela”  o la famosa canción de “El auto de papá”, que todavía seguimos tarareando sin plantearnos que sólo da cabida al varón de la casa a ser el responsable de la conducción, sin dar posibilidad a la mujer, como si ésta no fuese capaz de hacer lo mismo. Esto era aceptado y considerado de lo más normal porque en este periodo, la igualdad entre hombres y mujeres no existía, los payasos de la tele cantaban las canciones acordes a aquella época. No obstante, seguramente en la actualidad las letras de estas canciones tendrían matices muy distintos y más aún en un país democrático y tolerante como es ahora España, donde la coeducación e igualdad es uno de sus objetivos primordiales.


Pero claro, el análisis de este programa  lo tenemos que hacer situándonos en la época en la que se basa, por lo que a modo de conclusión final se puede afirmar que  los Payasos de la tele además de divertir y entretener a grandes y pequeños con sus actuaciones, resultaron ser muy educativos desde su comienzo a través de dichas canciones, juegos y escenas de la vida cotidiana a pesar de que hoy día puedan ser considerados algo sexistas, pero que los niños que lo vieron en su  momento tienen gratos recuerdos, y seguramente muchos de esos niños hayan sido nuestros padres, los cuales en más de una ocasión a alguno de nosotros nos han cantado esas canciones y por ello las sabemos, al igual que las hemos cantado en la propia escuela, pero que actualmente, esas letras y música que tanto sedujeron, no son aplicables si estamos luchando por conseguir una equidad entre hombre y mujeres y romper de una vez por todas con los valores de antaños que aún siguen estando presentes en muchos rincones de nuestra vida cotidiana.



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